It's kind of a funny story

Dicen que si tienes 16 o más, hay un 84% de probabilidades de que ya hayas conocido a la persona con la que te vas a casar. Yo nunca he tenido nada claro, nunca sé nada. Soy de pocas palabras, no me gusta arriesgar. Nunca sé qué decir, supongo que soy más de escuchar.

Pienso que el amor es una de esas cosas que se evaporan, como el alcohol si lo dejas sin tapar. También pienso que cuando quieres a una persona debes decírselo siempre que lo sientas, y sentirlo todas y cada una de las veces que se lo digas. Así, será algo que nunca se evapore, y probablemente llegue a convertirse en algo que lleve chocolate blanco. Las zorras adoran el chocolate blanco. 

No es una entrada feliz, os ahorraré leerla.

No es algo en lo que la gente quiera gastar el tiempo: Leer las paranoias de una chica cuya vida está dando un vuelco y que cae a un vacío horrible sin saber qué hacer... Estoy haciéndome daño y me odio por ello. Al mismo tiempo pienso que no merezco mi propia ayuda porque nunca he hecho nada por mí misma, y que no necesito esta auto salvación de la que cada día estoy mas cerca. Me siento atada a la nada, como si una fuerza superior me impidiese hacer lo correcto, ni siquiera sé distinguir lo que está bien de lo que está mal.

Every breath I take is poisoned, my life is filled with pain and fueled by all night cries. So much pain for someone so young...

Winter is coming.

Me gusta el silencio de mi propia soledad. Ese silencio en el que te sumerges aunque a tu alrededor la gente no pare de hablar y hacer ruído. Ese silencio que te golpea como la tristeza en un día lluvioso.
Parece que hay algo romántico en la tristeza y todo lo que envuelve ese sentimiento, como si de alguna forma nos gustara estar así.
Lo más difícil de vivir es respirar para mantenernos con vida.